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Adolescentes con autismo, adolescentes sin amigos

Es normal que los adolescentes queden fuera del horario de clase. Que salgan a tener actividades juntos, a ir a casa de sus compañeros, ir al cine, a hacer deporte, o cualquier otro tipo de actividad de grupo, y por tanto que entraña un modelo social. Salvo que estos adolescentes tengan un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), aquí las cosas cambian y mucho.
Según un estudio publicado en 2011, titulado “Participation in Social Activities among Adolescents with an Autism Spectrum Disorder”, dirigido por el Dr. Paul T. Shattuck, y basado en un estudio de más de 11.000 adolescentes en los EE.UU., los adolescentes con TEA no ven a sus compañeros de clase fuera de la misma en un 43,3%, el 54,4% nunca reciben llamadas de sus compañeros y el 50,4% no son invitados nunca a actividades sociales en comparación con el resto de adolescentes del resto de grupos analizados.
 Los resultados de este estudio vienen a refrendar algo que quienes tienen relación directa con los TEA ya sabían, y son los problemas en las relaciones sociales que tiene estos jóvenes. Según el Dr. Shattuck, esta carencia de relaciones sociales influye de forma negativa en la salud emocional -y muy especialmente en la adolescencia- de estas personas. La dificultad de poder acceder a actividades organizadas extraescolares, como pertenencia a clubes, asociaciones deportivas o culturales, etc, es otro de los problemas que inducen a esta ausencia de sociabilidad, y por tanto de mejora de las herramientas sociales de estos adolescentes. A menor capacidad de conversación y menor capacidad de interacción social, menor probabilidad de participar en acciones de grupo.
Aunque factores como edad, sexo, raza o grupo étnico no se mostraron como aspectos determinantes, sí lo han sido los factores económicos: A menor nivel económico de la familia menor capacidad de participar en actividades de grupo, pero, no afectaba a la hora de relaciones con sus pares de forma individual.
Este estudio no debe de ser entendido tan solo como una constatación de algo que ya sabíamos, sino como un modelo de reflexión. El factor determinante de la mala calidad de las relaciones sociales del adolescente con TEA, no es de carácter socio-económico, es sencillamente el trastorno y la mala predisposición a incluir a estos muchachos en el resto de las actividades, ya sea por un rechazo del grupo, o por un problema en la familia (no querer forzar al muchacho a participar en actividades y eventos extraescolares), o por parte de un mal modelo, el cual no deja muchas opciones a estos jóvenes. O incluso de una combinación de todas ellas. Debemos pues tomar en consideración que esta carencia de relaciones sociales extraescolares de nuestros adolescentes no es buena, y hay que fomentar las relaciones y usarlas como un sistema para potenciar las técnicas de sociabilidad de estos chicos y chicas.
(Tomado de autismodiario.org)