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"La Tierra es plana"


Los terraplanistas existen y son cada vez más. Hace décadas fundaron la International Flat Earth Society, y en julio del 2019 presentaron en España su primer equipo de fútbol profesional, llamado Flat Earth FC, el primer club de balompié profesional que “lucha por divulgar la verdad del mundo en que vivimos.” El presidente del equipo es Javi Poves, reconocido en España por haber sido un futbolista antisistema, quien declaró que el club está para “unir las voces de millones de terraplanistas y de todas aquellas personas que buscan respuestas.” Propuso entre los principales valores del club la libertad de pensamiento y la libertad de expresión, sumados al compromiso de rendir en la cancha.
La idea que defienden los terraplanistas alrededor del globo es simple: la Tierra es plana. Se los podría calificar como abanderados de la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión, pues exclaman de forma abierta lo que piensan basados en la información que subjetivamente consideran auténtica. Con la misma energía y entusiasmo desacreditan y ridiculizan hechos que han sido aceptados por el mundo y confirmados por la ciencia durante siglos. Mientras el mundo recuerda los 50 años de la primera llegada del hombre a la luna, ellos proclaman que los programas de la NASA y demás agencias espaciales son una farsa orquestada por gobiernos y oscuros intereses privados. Que los satélites realmente no están en órbita. Que la luna no gira alrededor de la tierra, sino que flota sobre ella, al igual que el sol y las estrellas. En consecuencia, mentes tan brillantes como las de Einstein y Hawking estaban equivocadas o formaban parte del gran complot para engañarnos a todos.
Los terraplanistas no son la única comunidad antisistema que cuestiona las ideas sobre las cuales se apoya el mundo moderno. Existen muchas otras agrupaciones que rechazan las verdades que fundamentan al pensamiento occidental. No se trata de una simple moda en la cual los jóvenes (y no tan jóvenes) se enfrentan a lo establecido, sino de un movimiento de cambio cultural que comparte, muchas veces sin saberlo, una filosofía llamada Postmodernismo.
La humanidad ha vivido múltiples historias de totalitarismos cimentados en mantener ciertas ideas incuestionadas. Ante esto, los movimientos postmodernistas surgieron buscando un cambio de pensamiento que realiza una oposición a lo culturalmente instituido, sean religiones, tradiciones, valores o verdades científicas. No solo cuestionan las bases de la filosofía occidental sino que en general rechazan la propuesta de que existan verdades universales, frente a la sospecha de que sostengan a un poder oculto. Uno de sus principios fundamentales es que ninguna certeza es mejor o más válida que cualquier otra. Vuelven necesario negar que lo verdadero es opuesto a lo falso y que lo bueno es mejor que lo malo, puesto que implica una valoración de una verdad por encima de otra. Defienden que toda jerarquía de valores puede acarrear opresión y tiene que ser rechazada. En estas circunstancias se ha dado espacio a la validación de supuestas verdades que pueden sostenerse simplemente con puntos de vista y percepciones personales (como el terraplanismo) pero que tienen derecho a equipararse en valor a las verdades científicamente probadas. Basados en los mismos principios, se invalida toda existencia de alternativas binarias como verdadero/falso, masculino/femenino, salud/enfermedad, importante/intrascendente, bueno/malo.
Con el postmodernismo ganando terreno en el Siglo XXI se han establecido influyentes comunidades con estructuras tribales en los ámbitos de la comunicación, empresa y política. Estas comunidades, las cuales se apoyan sobre verdades subjetivas y seudocientíficas, han entrado en combate contra grupos más conservadores que argumentan a favor del pensamiento establecido, y que son acusados de intransigentes, opresores, retrógrados y totalitarios. Con este escenario desestructurado y anti jerárquico, cualquiera que sea objetivamente mejor puede ser subjetivamente considerado un opresor. Y quien defiende una verdad tan profunda que ha pasado a formar parte de la tradición es tratado como un autoritario si no acepta las verdades alternativas y se somete tanto a ellas como a sus partidarios.
El pensamiento postmoderno en la superficie muestra un precepto de gran validez: hemos de cuestionar las verdades impuestas por el poder. Sin embargo, en la práctica se está dando lugar a una duda caótica a favor de una transformación social sin rumbo, que acarrea el peligro de crear una nueva inquisición en la que llegue a estar prohibido discrepar con quien diga que la Tierra es plana.

*Editado de “Los Terraplanistas”, publicado originalmente por el mismo autor en Desde Mi Trinchera el 12 de agosto de 2019 http://www.desdemitrinchera.com/2019/08/12/los-terraplanistas/