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El perfil del Monstruo Sexual

La gente quiere saber cómo identificar a los abusadores sexuales, o personas que se puedan convertir en abusadores sexuales para protegerse y proteger a sus seres queridos, especialmente a los más pequeños y vulnerables.
Muchos se imaginan cosas o tienen la percepción equivocada acerca de los delincuentes sexuales. Por ejemplo creen que son fácilmente identificables, o que todos encajan en un mismo perfil de personalidad. El típico abusador de menores no es el "viejo sucio" que se queda rondando una escuela, esperando atraer a un niño con caramelos. Y el típico violador no es un hombre enmascarado con un cuchillo que acecha en un callejón oscuro o se esconde detrás de un arbusto, esperando para saltar y agarrar a una mujer desprevenida que esté pasando por allí.
Las investigaciones han demostrado consistentemente que no existe un solo "perfil del delincuente sexual". Esto se debe a que los investigadores continúan encontrando que son una población diversa y heterogénea. Entonces, aunque la etiqueta de "monstruo sexual" podría sugerir que las personas que cometen estos delitos son todas iguales, simplemente no es el caso. De hecho, debido a que son un grupo tan heterogéneo, a veces es difícil distinguir cómo son diferentes de otros tipos de delincuentes o de la gente común, aparte del hecho de que han participado en conductas sexualmente abusivas.
Dicho esto, los delincuentes sexuales sí comparten características en común. 
Si bien, basados en lo que veremos adelante, no podemos predecir que alguien vaya a cometer un acto de abuso sexual, ni acusar a alguien de haberlo cometido, sí recibimos una señal de alerta. En respuesta a esta señal de alerta, debemos tomar medidas preventivas que incluyen pero no se limitan a:
  • Mantener supervisados a los menores y su relación con la persona sospechosa.
  • Informarles sobre los límites estrictos en cuanto a ser vistos o tocados por otros.
  • Mantener una comunicación abierta basada en la confianza con los menores y las personas que buscamos proteger.

Caracteríticas
Es importante recordar que no todas estas características están presentes en todos los delincuentes sexuales. Tampoco significa que la presencia de alguna de estas variables, sola o en combinación, "haga" que un individuo sea un delincuente sexual o necesariamente causa que cometan delitos sexuales. Tenga en cuenta que algunas de estas características también se pueden encontrar en otros delincuentes o dentro de la población general que sea incapaz de cometer cualquier delito.
Negación de la culpa
Los delincuentes sexuales casi siempre son conscientes de que los actos como la violación y el abuso de menores no solo son ilegales sino también dañinos para los demás. Pero los hacen de todos modos. Esto es probablemente el resultado de creencias distorsionadas con las que se dan a sí mismo permiso para ofender, agredir y herir. Lo que sucede es que los delincuentes sexuales pueden decirse a sí mismos (e incluso decirles a otros) que el comportamiento no es dañino o que es menos grave, o afirmar que la víctima disfrutó el comportamiento o inició el contacto sexual, o pueden presentar justificaciones para participar en conductas sexuales ofensivas, como creer que las mujeres merecen ser tratadas de esta manera. Al hacerlo, estas auto declaraciones dan "permiso" a los delincuentes para hacer algo que saben que está mal y, por lo tanto, es posible que no se sientan tan culpables por hacerlo. Es posible que este comportamiento no aparezca sólo en relación con la sexualidad, sino en cualquier otro ámbito. Por lo tanto, vale la pena mantener los ojos abiertos frente a personas que tienden a justificar lo injustificable, o a mentir abiertamente, sin sentirse culpables por ello.
Dificultades sociales
Otro grupo de características que parece ser bastante común entre los delincuentes sexuales implica problemas en el ámbito social o interpersonal, con problemas tales como habilidades de comunicación ineficaces, aislamiento social, déficit de habilidades sociales generales o problemas en las relaciones románticas. Algunos expertos creen que estas características tienen algún papel en el desarrollo del comportamiento sexualmente abusivo. Actualmente muchos jóvenes presentan problemas de sociabilización que no se relacionan de ninguna manera con perversiones sexuales. Por lo tanto, estas características cobran más importancia cuando se relacionan con las otras que mencionamos, particularmente con la falta de empatía y la incapacidad para controlar sus impulsos.
Falta de empatía
Un problema interpersonal específico que se cree que es común a muchos delincuentes sexuales es el de los déficits de empatía. La empatía es la capacidad de sentir lo que la otra persona está sintiendo y compartir sus emociones. Por ejemplo, cuando se está al lado de alguien que se encuentra ansioso, una persona normal también se pondría ansiosa. La falta de empatía es un rasgo fundamental de los sociópatas y psicópatas, términos modernos para los que antiguamente se llamaban perversos, quienes pueden entender la emoción que el otro está sintiendo, la pueden explicar, pero no la pueden compartir. Durante algún tiempo se creyó que los delincuentes sexuales carecían de capacidad empática en general, aunque más tarde se sugirió que sus déficits eran más específicos frente sus víctimas.
Incapacidad para controlar impulsos
Algunos delincuentes sexuales tienen dificultades para manejar sus emociones adecuadamente, suelen ser muy impulsivos y tienden a no pensar cuidadosamente sobre las consecuencias de sus comportamientos antes de actuar. dicho de otra forma, pueden tener dificultades para resistir a sus impulsos internos ante ciertas circunstancias que no se limitan a lo sexual. Aunque este tipo de problemas o características se ven comúnmente entre abusadores sexuales, no significa que sean exclusivos de ellos, pues mucha gente buena es también impulsiva. Tampoco significa que este tipo de variables provoquen que las personas cometan delitos sexuales. No obstante, la investigación y la literatura indican que algunos de estos factores, específicamente las dificultades de autorregulación de las emociones y de la conducta, pueden ser parte de lo que lleva a alguien por el camino de la delincuencia sexual.
Conclusión
Los delincuentes sexuales no son todos iguales. Las características descritas se presentan con fecuencia en los abusadores, pero no se limitan a ellos, y pueden estar también presentes en cualquier persona decente de la población general. Si bien algunos monstruos sexuales pueden ser identificados fácilmente, la mayoría viven escondidos entre nosotros, y lo mejor que podemos hacer es estar siempre alerta.