Los padres de deportistas siempre me preguntan cómo deben relacionarse con
sus hijos frente a la competencia y la práctica. Quieren saber la
mejor manera de apoyarlos para que aprendan a tener éxito en los
deportes.
Aquí hay algunas pautas generales que los padres pueden
utilizar para ayudar a sus pequeños atletas a desempeñarse con confianza y disfrutar
del deporte:
La mejor motivación es la auto-motivación
La motivación debe nacer del amor al deporte y la
competencia desde dentro del propio deportista. Todo padre debe querer que los
chicos practiquen y compitan por sí mismos, porque ellos quieren y porque a
ellos les gusta, y no para complacer a otro, sea padre, madre, abuelito, o
entrenador. Sin embargo, los padres sí pueden decir a sus hijos que les gusta
que practiquen algún deporte y que se sienten felices de que lo hagan con
esfuerzo y compromiso.
Lo que quiere el padre no siempre es lo que quiere el hijo
Los atletas practican deportes por muchas razones. Tal vez
les encanta la competición, el aspecto social, formar parte de un grupo, el
desafío de la competencia, o porque sabe que a los padres les gusta; a veces
hacen deporte sólo por obligación. El interés particular del adulto en la
práctica deportiva del niño puede ser negativo para la motivación del joven
deportista, y como padre debes estar atento a eso.
Ayuda a tu hijo a enfocarse en el proceso
Obviamente todo el mundo quiere ganar, pero la enseñanza
para tu hijo deportista debe centrarse en el proceso, el aquí y ahora. Si logra
enfocarse en la parte del juego que debe hacer bien en este preciso momento,
más allá del resultado, aprenderá a jugar mejor y con más confianza.
Controla tu postura y tus gestos
Las emociones pueden ser contagiosas. Si te muestras tenso,
serio, enojado o frustrado, también lo hará tu hijo. Para que un deportista se
desempeñe bien, tiene que estar suelto y sin preocupaciones, pero al mismo
tiempo, enfocado. Controla tu postura y tus gestos para que se te vea relajado
y positivo.
Habla de lo positivo después de la competencia
Lo más fácil es llegar a dar consejos sobre lo que no se
debe hacer en la próxima competencia o cómo hacerlo mejor; pero primero hay que
dar aliento positivo, escogiendo una o dos cosas que tu hijo hizo bien.
Evita dar instrucciones durante la competencia
Durante la competencia hay que dejarlos jugar. Mucho de lo
que digas va a ser mal comprendido, sobre todo porque generalmente lo que comuniques va a ir cargado de ansiedad por que tu hijo gane, y lo que vas a lograr es ponerle
más presión por el resultado en lugar de enfocarlo en el proceso, como te
recomendamos más arriba.
Alimenta su confianza
La confianza debe ser estable y duradera. Ayuda a tu hijo a
desarrollar confianza luego de cada partido, enfocándolo en lo que hizo bien.
Anímalo a mejorar en lugar de poner énfasis en sus errores, y enséñale a pensar
positivamente cuando se sienta inseguro.